Hablar de música es como bailar de arquitectura

Es un dicho que he oído varias veces. 

Es cierto, la música es un lenguaje propio y como tal se expresa a sí mismo perfectamente en su propio lenguaje.

Es lo que Eduard Hanslick, el gran filósofo de la belleza y crítico musical alemán en "De lo bello en la música" ya nos enseñó en el siglo XIX y el compositor ruso Igor Stravinsky, en su recopilación de escritos "Poética Musical" se preocupó de remarcar en el XX... 

De acuerdo, pero eso no impide que haya paralelismos en tanto que ambos son lenguajes.

La música se expresa a sí misma, no tiene necesidad de buscar referentes exteriores ni en las imágenes, ni siquiera en palabras. Una fuga de Bach expresa... una fuga... :) 

Eso no impide que quien no conozca o entienda el lenguaje musical en sus aspectos puramente musicales no lo disfrute...

Pero hay que reconocer que se puede estar perdiendo parte del contenido que el compositor quiso transmitir, un significado musical puramente, puede recibir un disfrute en forma de creación de expectación, de resolución de tensiones armónicas, formales, lo que el premio Pullitzer, el pianista estadounidense Charles Rosen, de quien tuve el placer de aprender asistiendo a uno de sus cursos de postgrado, denominó "resolución de disonancias estructurales".

Un placer reservado a los que estudian música. Te lo vas a perder?

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Musicógrafo influencer. Distinguido en Global Music Awards (EEUU). 1er Premio Concurso Piano Maestro Serrano. Especializado en Falla. Estrena Improvisaciones Albéniz y Granados (Boileau). Revistas: Música y Educación, Allegro, Ad Libitum, Polifonía y ArtsEduca. Coautor: 29 Maneras concebir silencio (Univ. Jaume I), Canto Natural (Bromera). Coord: Los poetas ante la música (Bubok). Autor: Piano Creativo (Rivera), Piano Español (Lulú) y Aprende a Improvisar al Piano (Redbook)

La brújula del canto